Federica Montseny

Madrid, 1905 - Toulousse, 1994

Federica Montseny es frecuentemente recordada hablando desde la mesa camilla de su casa en Toulousse, donde se exilió tras la guerra civil. Fue una gran oradora y defensora de los derechos de la mujer además de Ministra de Salud al comienzo de la guerra. Su visión de la cuestión femenina conecta con el gran tema del feminismo español: el acceso pleno de la mujer al conocimiento en todas sus ramas. En su juventud vio esa tarea como el hito clave a lograr en el siglo XX.

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Pocos aceptan serenamente el derecho y la libertad de amar de la mujer.

Mucho se habla en los años de juventud de Federica Montseny sobre el problema de la mujer o la cuestión femenina. Defiende la necesidad de un nuevo contrato social, un hombre moderno y una mujer moderna, nueva, y jamás esclava.

Siento con intensidad el orgullo y la solidaridad de mi sexo.

Federica Montseny defiende a las mujeres en base a un criterio de gran vigencia en nuestros días: la capacitación. La vida doméstica no queda excluida de esa necesaria edificación personal. Vida pública y privada patrimonio de todos. Una educación sólida es responsabilidad de toda la comunidad y mejora la vida pública y privada de toda la ciudadanía.

¿Dónde encontrar al hombre liberado de todo atavismo, consciente de sus derechos y sus deberes, reconociéndolos todos en la mujer, los mismos en ella, su simple igual?

La igualdad entre los sexos en la vida pública y la privada se presenta como un gran desafío, nada fácil de alcanzar y, desde luego, imposible si hombres y mujeres no se comprometen unidos. La visión de Montseny no pierde vigencia pues con el paso de las décadas se ha consolidado como objetivo global.