Teresa Sánchez-Gavito
Madrid, 1918-2000
Teresa Sánchez-Gavito fue una pintora de origen asturiano. Logró acabar su bachillerato en 1936 y después de la guerra ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Amaba el arte y la música, pero la suya fue una autoría muy incierta, como puede apreciarse en sus diarios. Trabajó duro y tendió al recogimiento. Sus diarios muestran una artista más ahogada de lo que ella cree por el conservadurismo de la mitad del siglo XX. Muestran también una artista consciente del valor del estudio. Nos ha dejado una serie de autorretratos que constituyen un revelador análisis autobiográfico.
Hola...
Quiero lograrme a mí misma, no aspiro a nada más… y a nada menos.
Teresa Sánchez-Gavito estuvo segura de su vocación de artista desde muy joven. La guerra estalla justo cuando tendría que haber empezado sus estudios superiores. Y aunque los completó en la posguerra, la España en la que tendría que haberse realizado como pintora ya no era la España que dio carta de legitimidad a la mujer moderna y emancipada. Absorbida por sus obligaciones domésticas, que piensa son inexcusables, se duele de no ser libre por ser mujer. Intenta encontrar tiempo para pintar y leer y sufre por no tenerlo.
Lo que más añoro de verdad es lo que tiene remedio alguno: no haber sido hombre.
La escritura de su diario se convierte en una auténtica terapia para Teresa. En su cuaderno se atreve a mostrar rabia por tener que pasar tiempo en sus obligaciones domésticas. Escribir le da paz, la página en blanco la acoge y aminora la añoranza de no poder pintar todo lo que quiere. En su diario desarrolla sus opiniones sobre técnica pictórica, así como sobre el placer y el dolor de la creación artística. La página, como el silencio de la noche, se convierten en su cuarto propio particular. Y en él se puede decir alto y claro que se tiene un ideal de obra.
De mi me tengo que ir olvidando.
La pintura es realización y anhelo constante. Para una maestra de pintura no poder pintar es un castigo. Eso no impide que el impulso de buscar tiempo y espacio para satisfacer su necesidad creativa prevalezca. Sánchez-Gavito no es la única artista o escritora que teme ser pillada en falta por dar prioridad a su arte en detrimento de las llamadas labores de su sexo. Afortunadamente, aunque en apariencia aceptó la derrota impuesta por el entorno continuó pintando y, significativamente, pintándose en autorretrato.