Se me lee y se me escucha aunque tenga 16 años.
Hildegart escribe a Havelock Ellis, padre de la sexología para que sea su padre intelectual. Necesita un mentor varón que la avale en el mundo intelectual de los hombres. Ese padre ha de ver en ella una líder reformista, un proyecto de cambio que impulsará una España mejor: la más moderna de las mujeres modernas, la más atenta observadora social.